jueves, 14 de abril de 2011

Hola, me llamo Roberto, y soy adicto. La filosofía del toma y daca

Si esto siguiera así, bien podría ser ese el final a una historia que comenzó el viernes pasado, con un simple comentario de José, el dj del Pica, el cual rezaba lo siguiente: "Me tienes que hacer un favor. Te he agregado al facebook, acéptame la solicitud de un juego al que estoy jugando, el CityVille, tu no tienes que hacer nada, sólo las dos-tres cosas que te pida, ¿ok?"; lo que pasa, es que no sabía que el Domingo iba a pasar el día, entre otras compañias, con él, y que íbamos a tener Internet disponible. Así que, me obligó a meterme delante suya, ya que no se fiaba.


Tres días más tarde, y casi 72 horas de juego después, estoy enganchado. Y es una mierda!!!












Roxette: How Do you do?!






La dinámica es muy simple. Te dan una parcela con una vía para el tren, un almacén para el grano, unas pocas parcelas de tierra para labrar, un par de casa de las que recaudar el alquiler, y una parcela vacía en la que cualquier vecino te puede solicitar poner su franquicia. Hasta ahí está todo bien, es simple. Pues a partir de aquí, igual de simplón y estúpido:


Con el tren, o bien le pagas para que te traiga productos, o bien le das productos para que te traiga dinero. En las casas, cada cierto tiempo, puedes recaudar el alquiler. En la tierra, cada cierto tiempo (depende de lo que siembres) recibes productos. Estos productos, en los negocios que vayas montando, sirven para abastecer el negocio, y que te reporte beneficios (de nuevo, dinero). Es decir, es un toma y daca para ir consiguiendo productos y dinero a la vez que evolucionando tu ciudad. 


Los pisos, a su vez, te dan población, la cual genera la posibilidad de construir más edificios, y dan más beneficios (a más pisos, más dinero, obvio), pero también hay un límite para que no se sientan abrumados. ¿Como aumentar este límite, de forma que vaya creciendo exponencialmente la ciudad? Muy fácil. Con edificios comunitarios, véase, ayuntamientos, oficinas de correos, comisaría, clínica de urgencias, etc.


Pero claro, en estos edificios, ha de trabajar gente. ¿Quién? Simple. Tus vecinos, es decir, la gente que también es adicta a esto, y aceptan tus solicitudes de trabajar en tus edificios. Como tú también, trabajarás en los suyos. De nuevo, un toma y daca. Sin ir más lejos, el mencionado Dj de mierda es, a la vez, funcionario en mi clínica de urgencias, en mi ayuntamiento, en un recepción, en mi oficina de correos, y cuando le das un bollo patrulla por ahí en busca de ladrones (nota: para que los policías se despierten, y patrullen, hay que darles bollos recibidos de tus vecinos...). Ladrones, que por cierto, aparecen desde que construyes tu comisaría. Si es que no hay bien sin mal, y viceversa.


Todo esto, a su vez, cuando cosechas algo, cuando recaudas el alquiler de un piso, cuando construyes cualquier edificio, cuando recaudas las ganancias de un negocio, etc; te dan px con los que ir subiendo de nivel, y desbloqueando nuevas cosas. Y con un método de ir haciendo misiones, unas más fáciles, y otras más pesadas, vas creando tu ciudad a la medida que, más o menos, te van dejando. Aunque no hace falta seguir las misiones al pie de la letra, es recomendable ir haciéndolas caso en la medida de lo posible.


Y con este sencillo sistema de necesitar vecinos para poder evolucionar, acumulan adictos a esto. Los habrá que, a parte, paguen por jugar, y es que para evolucionar más rápido, y obtener mejores cosas, sin necesidad de contactar con gente, puedes comprar cualquier cosa, esta vez sí, con dinero real.


Pues como decía, llevo tres días, y me he despegado por necesidades del guión. Pero mientras aquí me encuentro, explicándoos mi necesidad de que alguien me desenchufe el ordenador, os dejo otra imagen que resume mi estar (y mi sentir)





Para el que no se haya dado cuenta, son dos de las pestañas que tengo actualmente abiertas en mi PC. Es triste, lo sé. Y por eso os pido ayuda. Como si de vecinos míos en esta obra de Satanás os trataseis, enviadme un regalo, el cual por supuesto yo os daré de vuelta, recompensado con creces, y libradme de esta extrañamente gratificante y entretenida carga. Como digo, un toma y daca.

Os dejo, ha llegado mi tren para darme productos a cambio de dinero...

Un saludo.

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