Bueno, aquí estamos de nuevo, después de comer y la siesta, para continuar con la crítica sobre la última película de Batman, estrenada anoche en nuestras salas: 'El Caballero oscuro: La Leyenda Renace'. Hace unas horas os he comentado mi particular punto de vista acerca de lo que el espectador esperaba encontrarse al llegar a su butaca en el cine. Toca analizar las sensaciones que le ha dejado en el cuerpo al levantarse de la misma. Para ello, voy a intentar explicar de la manera más precisa, evitando dar detalles de la trama, el desarrollo de cada uno de los personajes, así como el de la propia cinta en su conjunto.
La siguiente actualización NO CONTIENE SPOILERS relevantes a los personajes o la trama de la película, no es más que una crítica de cada uno de ellos.
Y si de los personajes hablamos, lo primero es analizar al protagonista, interpretado por tercera y última vez por Christian Bale. Podemos decir que en esta última entregan de la saga de Nolan nos encontramos con el Bruce Wayne más humano y, a su vez, héroe, de todos. El personaje de Batman, como tal, se contempla únicamente como a la misma persona con o sin traje, pero toda la trama correspondiente a Wayne también le concierne al hombre murciélago, y viceversa. De este modo, prácticamente queda suprimida la "doble-vida" que caracteriza a la gran mayoría de los superhéroes.
Continuando con los ya recurrentes en otras entregas, tenemos tres nombres (y hombres). El primero de ellos, Alfred (Michael Caine), he de reconocer que me comenzó gustando, para pronto irse transformando en uno de los baluartes del contenido emocional de la película, rozando en caso la extrema cursilería y epicidad características de los films made in Hollywood. Por otro lado tenemos a Lucius Fox (Morgan Freeman), personaje del que no comprendí qué hacía allí al inicio de la película, si nos paramos a pensar en cómo acabó la anterior entrega, abandonando toda relación con industrias Wayne. Sin embargo, obviando ese término, creo que a cualquiera que haya visto la película le habrá recordado a Q, el ingeniero-inventor de artilugios y vehículos de 'James Bond'. Y para terminar con este trío, el comisario Gordon (Gary Oldman). Para mí, uno de los mejores personajes en la primera y la segunda entrega desde su rol secundario, que en esta tercera vive su particular vendetta y pasará a un mayor protagonismo cuando Gotham lo requiera. Sin lugar a dudas, para mí ha sido de lo mejorcito de toda la saga, en las tres películas, aunque quizás en esta un poco más a la americana (como todos). Y es que, precipitando conclusiones, esa es la más notable de todas: Han decidido acabar la saga al estilo de Hollywood.
Bane, la sorpresa, Catwoman, otro perfil
Si algo tenía la gente ganas de ver era: al villano, en este caso el hiperdopado Bane (Tom Hardy), y a uno de los personajes que más simpatías atraen, y que más comparaciones recibiría también, Selina Kyle (Anne Hathaway), aunque no es nombrada como Catwoman en toda la película, dato curioso. Vamos por partes.
En primer lugar, la elección del musculado enemigo de Batman, como ya dije, fue un desacierto. Uno de los personajes menos carismáticos tendría que poder, a su vez, dar un broche de oro a la saga, e intentar que la sombra del Joker no cayera como una losa encima de él. Con un trasfondo muy cogido por los pelos, la actuación de Tom Hardy ha sido la que ha encumbrado a este villano para que no cayera en el abismo de las críticas. Malvado, cínico, con humor ácido, cruel, inteligente... ha sabido etiquetar con estas y otras muchas cualidades, y con algunas "manías" caricaturizables, de manera que sea difícil olvidarlo. Y la verdad, que el mayor miedo que yo tenía, desapareció. Pero si el trasfondo, como digo, estaba cogido por los pelos, su desenlace... para qué hablar. Finalmente, y a pesar de la actuación, mi veredicto es negativo.
Por su parte, tenemos a la sucesora de Michele Pfeiffer como Catwoman (sí, he obviado a Halle Berry). Se esperaba que diera otro aire a un personaje muy misterioso, y precisamente en la capacidad interpretativa de Anne Hathaway estaban puestas las miradas. Y he de decir que, sin haber decepcionado en absoluto, su participación en esta película parece más debida a que la necesitaban para (de nuevo) la americanada, que su peso real en el guión. En mi opinión, un personaje fundamental en las pretensiones de lo que se quiere hacer, innecesario en el guión. Muy de más a menos.
Para acabar, una de cal y otra de arena
No valoraré la actuación de Marion Cotillard puesto que su personaje en la película era tan necesario como un paragüas dentro de un edificio. Tan fuera de lugar como un móvil en una pecera. Tan absurdo como fumar un cigarro en una moto. Y a medida que se resuelve su trama argumental, peor. De verdad, el personaje de Miranda Tate no le encuentro explicación aún. Y sigo pensando...
Para terminar con los personajes protagonistas he dejado para el final al que más me gustó a mí, tanto en interpretación como en trascendencia dentro de la película, no tanto en su repercusión en la trama, sí más bien para contextualizarla: John Blake (Joseph Gordon-Levitt). Su misión será la de Gordon, Dent, o el propio Wayne en anteriores películas: transmitir la cordura, fe, serenidad, y buen hacer. Radicalizando un poco, el espíritu de Gotham. No diré más, sólo que a mí me encantó, y que dará mucho de que hablar.
Únicamente añadir una pequeña reseña: Soberbios los secundarios, tanto los recurrentes como las apariciones especiales. Sólo diré que la tinta con la que decidieron quién sería el juez estaba cargada de humor, sátira e ironía (ya lo entenderéis).
Conclusión
Sin ser una mala película (yo recomiendo ir a verla al cine) es, de lejos, la peor de la tres. Un guión pésimo y muy poco elaborado, dejarse llevar por ser el punto final de la saga y abusar, en algunos casos, de sentimentalismos baratos, o tópicos de cine. Y además, un defecto que muchos cineastas comenten y que a mí me molesta mucho, que es el de tratar al espectador como estúpido, haciendo explicaciones muy extensas o tirando de obviedades. Precisamente, de este modo destrozan mucho del imaginario colectivo, no dejando pie a que el espectador se haga sus conjeturas. Y si no, ya veréis el desenlace de algunos de los personajes (no revelaré cuál o cuáles, para no poner sobre aviso). También mencionar un error que le destaqué al director en su día con 'Origen' ('Inception') y que le ha vuelto a suceder en esta: querer complicar la película en exceso, ya sea con infinidad de tramas, para luego saturarla de sentimentalismo y acción, de modo que te queda una primera mitad en la que no te enteras muy bien de quiénes son, qué hacen, o qué relaciones unen a los personajes de la película (en el caso de la película sobre los sueños, no te enterabas de nada, directamente). Sin embargo, la acción es soberanamente espectacular, llevándola a extremos de auténticas acrobacias (impresionante la escena "presentación" de Bane al comienzo de la cinta), y otros más rudimentarios (los duelos Batman-Bane, que los habrá, no creo estar desvelando nada, son brillantemente elocuentes).
Por tanto, nos queda una película demasiado saturada en algunos puntos, con desarrollos previsibles que intentan ser evitados con giros de guión absurdos, unos personajes bien perfilados, y en todo este extraño, la acción, el sentimentalismo y la épica por encima de todo. Lo dicho. Una Americanada.
Un saludo.
Pd: También quería destacar algo que he leído por ahí y que da que pensar: El contenido político de la película. El que la vea, que se fije en qué lugares sale Bale a la palestra, y lo sugestivos que pueden ser como referencias de la sociedad. También cabe destacar la crítica política de carácter antifascista y antianárquica. Los más malpensados creen que ha tenido algo que ver Obama, pensando en la reelección...
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